La pandemia de COVID-19 ha traído consigo una serie de obstáculos extraordinarios que se suman a los desafíos sistémicos previos. Esta situación ha agudizado la incapacidad de todos los Estados para generar los recursos internos que exige el desarrollo sostenible.
Los flujos financieros ilícitos, provenientes del abuso fiscal, la corrupción transfronteriza y el crimen financiero transnacional, desvían recursos del desarrollo sostenible.
Una forma de mejorar la movilización de recursos públicos, tanto a nivel nacional como internacional es frenar los flujos financieros ilícitos.
Un nuevo enfoque: un pacto mundial por la integridad financiera para el desarrollo sostenible
Valores para la integridad: responsabilidad, transparencia, legitimidad, y equidad
Marcos de políticas fortalecidos para fomentar la integridad financiera
Rediseñar las instituciones para fomentar la integridad financiera
UN NUEVO ENFOQUE:
INTEGRIDAD FINANCIERA PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE
La "integridad financiera para el desarrollo sostenible" es la idea de que todas las actividades económicas y financieras deben llevarse a cabo de acuerdo con el contenido, y el espíritu, de las reglas y normas financieras legítimas, que deben ser plenamente compatibles con el desarrollo sostenible y contribuir a él.
Lograr la integridad financiera para el desarrollo sostenible requiere una mayor transparencia, una mejor rendición de cuentas y una mayor cooperación a nivel nacional, regional y mundial, con la contribución de todas las personas.
Un Pacto Mundial por la Integridad Financiera para el Desarrollo Sostenible
Todos los países acuerdan tomar medidas para fomentar y fortalecer la integridad financiera para el desarrollo sostenible, y se comprometen a utilizar los recursos liberados por estas medidas para realizar inversiones adicionales en la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
VALORES PARA LA INTEGRIDAD:
RESPONSABILIDAD, TRANSPARENCIA,
LEGITIMIDAD Y EQUIDAD
Las leyes deben fortalecer la responsabilidad, prevenir las infracciones y hacer frente a la impunidad desde todas
las vertientes de cada transacción. Las empresas deben responsabilizar de sus acciones a quienes fomentan los flujos financieros ilícitos o hacen la vista gorda ante ellos. Los países deben garantizar que tanto perpetradores como cómplices sean debidamente sancionados.
La comunidad internacional debe garantizar una amplia legitimidad de las normas que se formulen, asegurándose de que se construyan y negocien de manera inclusiva algo que no ha ocurrido con las actuales normas tributarias internacionales. Debe para ello impulsarse la creación de un Convenio Tributario de las Naciones Unidas con participación universal.
Cada país tiene sus propias normas de transparencia financiera y algunos permiten que prospere el secreto. Es necesario mejorar la transparencia de la información sobre beneficiarios finales, la contabilidad corporativa de las multinacionales y las adquisiciones y contrataciones públicas.
Debe también mejorar la equidad, especialmente en temas de cooperación fiscal y recuperación de los activos robados a los Estados. Todos los contribuyentes deben pagar la parte que les corresponde, incluida una tasa de impuesto global mínimo sobre la renta de las empresas. Además, es fundamental garantizar mecanismos justos e imparciales para resolver los conflictos. En este sentido, un mecanismo de mediación multilateral puede ayudar a resolver los obstáculos para la recuperación y restitución de activos.
MARCOS DE POLÍTICAS FORTALECIDOS PARA FOMENTAR LA INTEGRIDAD FINANCIERA
Las instituciones financieras, los abogados y los contadores que facilitan los flujos financieros ilícitos en el sistema financiero internacional deben rendir cuentas en la misma medida que quienes cometen los abusos en sí.
La sociedad civil y los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en la construcción del apoyo a la integridad financiera.
Para abordar la falta de cooperación que actualmente obstaculiza las iniciativas contra la corrupción transfronteriza y el abuso fiscal, los Gobiernos deben adoptar enfoques unificados a nivel nacional basados en información compartida. Los Estados también deben facilitar el intercambio mundial de información financiera para fortalecer el cumplimiento de la ley.
Las reglas y normas internacionales de integridad financiera deben adaptarse a los cambios de comportamiento y las nuevas tecnologías. Se debe fortalecer el desarrollo de capacidades para implementar esta agenda y responder a nuevos riesgos y desafíos específicos de cada contexto
REDISEÑAR LAS INSTITUCIONES PARA FOMENTAR LA INTEGRIDAD FINANCIERA
Los Estados deben comprometerse a una recopilación de datos coherente que permita dar seguimiento al cumplimiento de las normas a nivel nacional e internacional, con datos desglosados por género.
Se actualizarán todos los mecanismos de evaluación de la aplicación relacionados con la integridad financiera
con el fin de mejorar su exhaustividad y sus mecanismos de seguimiento y evitar la redundancia.
Los países deben informar públicamente sobre sus avances y sobre la utilización de recursos adicionales de acuerdo con el Pacto Mundial.
Es de suma importancia mejorar la gobernanza mundial, para lo cual se requieren órganos universales en materia tributaria y de lucha contra el lavado de dinero que se compaginen con el órgano anticorrupción existente. Si bien hay todavía mucho margen de progreso en el ámbito regional, las Naciones Unidas podrían aunar los aspectos técnicos, legales y políticos en un único foro mundial general de coordinación.